martes, 12 de octubre de 2010

Por el Día del Respeto a la Diversidad Cultural.


El verdadero significado del 12 de octubreYa no hay que mirar para otro lado en la educación cuando se ha comprobado y publicado en 2004, por el especialista en genética de la UBA Daniel Corach, que el 56% de nuestra población argentina, niños, jóvenes, adultos, ancianos, tiene sangre originaria.Por Carmelo Sardinas Ullpu- Profesor de lengua y cultura qheswa de la UBA y U. de La Matanza. Tiempo Argentino
Qué significa el 12 de octubre para nuestra gente, los pueblos y naciones originarios? ¿Por qué no queremos que se defina el 12 de octubre “Día del Respeto a la Diversidad Cultural”? Cuentan nuestros abuelos que ese día ellos habían llegado por la mañana y fueron muy bien recibidos, más de lo que se acostumbra para alguien que viene de visita. Hacia las tres de la tarde unos 536 hermanos originarios ya habían sido asesinados por la gente al mando de Cristóbal Colón.
¿Desde qué lugar y con qué fines dicen que hubo un “encuentro de culturas”? Así se dio inicio a lo que hemos tenido que aprender y padecer como el genocidio y etnocidio más grande perpetrado por la humanidad. ¿Y de qué “choque de culturas” habla la ignorancia con 90 millones de hermanos y hermanas originarios asesinados en todo nuestro continente? No hay que ser cómplices difundiendo mentiras disfrazadas con eufemismos políticamente correctos. Todo para que una vez vaciados culturalmente acomoden con astucia de delincuente las estructuras de pensamiento y costumbres del mundo invasor. Así nuestra gente y sus descendientes futuros de sangre y mentalidad de los pueblos originarios les serían todos dóciles, pudiéndolos humillar llegado el caso, sin peligros.
Consideramos una falta de respeto que nos invisibilicen con esa denominación de “Día del Respeto a la Diversidad Cultural” y hasta algunos intelectuales pongan en duda la cantidad de muertos en el etnocidio desde 1492. Uno solo, uno solo de nuestros hermanos y hermanas justifica nuestra lucha. Sólo tienen que tomar palas y cavar en cada gran iglesia de cada pueblo del territorio nacional, de la misma Casa de Gobierno de Buenos Aires en La Plata, del Municipio de Quilmes, de Punta Querandí en Tigre: encontrarán nuestras wakas (lugares sagrados) enterradas con nuestros muertos por los primeros invasores.
Y siguiendo con este proyecto del Día del Respeto a la Diversidad Cultural: ¿Por qué será que a las autoridades nacionales de cualquier partido político les cuesta tanto consultar a todas las comunidades originarias si son tan democráticos?
Ya no hay que mirar para otro lado en la educación cuando se ha comprobado y publicado en 2004, por el especialista en genética de la UBA Daniel Corach, que el 56% de nuestra población argentina, niños, jóvenes, adultos, ancianos, tiene sangre originaria.
¿Cómo puede ser que largas generaciones de argentinos hayamos sido educados y aún sostengamos a algunos de los más encumbrados racistas y asesinos como nuestros próceres? ¿Cómo no va a haber discriminación si los modelos honrados, homenajeados y monumentalizados son fundadores genocidas como Cristóbal Colón en la misma Casa Rosada del Gobierno Nacional u otros como Juan de Garay o Pedro de Mendoza o esos “padres de la patria racistas” como Sarmiento, Mitre, Rivadavia, Lavalle, el Perito Moreno y el Gral. Julio Argentino Roca, y sus secuaces de la mal llamada Conquista del Desierto, y otras invasiones a las comunidades de la región chaqueña, pampeana y del noroeste que en realidad fue el exterminio de la soberanía territorial y genocidio de sus pueblos y naciones tehuelches, ranqueles, avipones, mapuches, sanavirones, qom, pilagás, moqoit, chané, chorote, guaraníes, chulupíes, vilelas, chiriguanos, huarpes, comechingones, wichí y qollasuyanos?
En la actualidad, nuestros derechos están expresados en el articulo 75, inc. 17 y 22, de la Constitución Nacional, en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (que en la Argentina tiene rango superior a las leyes ordinarias) y una decena de constituciones provinciales. Son sólo algunas de las legislaciones que reconocen nuestra preexistencia étnica y cultural como pueblos y naciones originarias, garantizan el respeto a nuestra identidad, el derecho a nuestra educación bilingüe e intercultural, aseguran participación en la gestión referida a los recursos naturales y reconocen la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupamos.
El 1 de noviembre de 2006, el Congreso sancionó la Ley 26.160, que declaraba por cuatro años la “emergencia en materia y propiedad de las tierras que tradicionalmente ocupan las comunidades indígenas”. La norma suspendía los desalojos y comprometía al Estado a realizar un relevamiento técnico, jurídico y catastral para otorgar la tenencia definitiva de las tierras ocupadas ancestralmente. Tan retrasada estaba la aplicación de la ley que fue prorrogada otros tres años. En noviembre de 2009, el Congreso aprobó que se extendiera la prórroga ahora hasta 2013.
Esto demuestra a las claras que somos manipulados y tratados como ciudadanos de cuarta categoría.
“Las culturas indígenas son nuestras propias raíces. Quien así no lo sienta será probablemente o colonizador o colonizado: colonizador porque pretende continuar despreciando al indígena y dominándolo; colonizado porque sigue mirando hacia fuera esperando del exterior las soluciones”, son palabras de María Martínez Benítez en un seminario internacional sobre derecho indígena en la ONU, en mayo de 1997.
Agradecemos todo lo bueno que hacen por nosotros, desde los docentes que no repiten como loros las mentiras que nos hunden y que buscan no ser solo trasmisores de conocimientos sino de sabiduría, a los políticos y científicos que se preocupan por conocer respetándonos, al apoyo de muchas familias con adolescentes y jóvenes que se ve que desean, comprueban y construyen otras formas de organización y entendimiento, y finalmente a todos los que habitamos este continente awyayala para que con este 12 de octubre evitemos que por ignorancia e indiferencia nos cambien la historia que deberíamos conocer y compartir.

Bajado de www.diariojunio.com.ar/noticias.php?ed=1&di=0&no=41627

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