De Página 12.com
EL PAIS › CFK
PIDIO QUE SE RESPETARAN LAS LEYES Y QUE LA JUSTICIA FUERA INDEPENDIENTE DEL
PODER POLITICO Y TAMBIEN DEL ECONOMICO
“Quiero una Democracia plena y sin privilegios”
La Presidenta habló en los masivos festejos
por el 29º aniversario de la democracia. “Demandamos mayor democratización en
los tres poderes del Estado”, dijo, y reclamó “una Justicia que sirva al
pueblo” y que “sea menos corporativa”.
Por Julián Bruschtein y Nicolás Lantos
”Si no se respetan las leyes, ¿de qué
democracia estamos hablando?” La presidenta Cristina Fernández de Kirchner se
puso al frente de una multitud que desbordó largamente la Plaza de Mayo para
dar uno de los discursos más encendidos de su segundo mandato, en el que volvió
a argumentar sobre la necesidad de que tome plena validez la Ley de Servicios
de Comunicación Audiovisual y pidió: “Es necesario que la independencia (de la
Justicia) no sea sólo del poder político, sino también del poder económico de
las corporaciones. Quiero una democracia plena y profunda, comprometida y sin
privilegios”. Su discurso fue el acto central de los festejos oficiales por el
Día de la Democracia y los Derechos Humanos, una jornada que incluyó
espectáculos y recitales, y que se replicó a lo largo del país.
“Demandamos
mayor democratización en los tres poderes del Estado”, reclamó la Presidenta en
un poco habitual tono imperativo. En un giro de su discurso, no sólo apuntó a
los magistrados que desde hace tres años vienen demorando la plena aplicación
de la ley de medios sino también a los que “dejan en libertad a personas que
vuelven a delinquir y matar”, recuperando un tópico, la inseguridad, que estuvo
presente en las protestas opositoras de los últimos meses. “La gente está
cansada –agregó–. Por eso necesitamos una Justicia que sirva al pueblo, que sea
menos corporativa.”
Cristina
tampoco se privó de mencionar con todas las letras a la Corte Suprema de
Justicia (un actor central en los sucesos de estos días) cuando recordó que
tras el golpe que derrocó a Hipólito Yrigoyen en 1930 fue ese órgano el que
convalidó el gobierno de facto de José Uriburu. Luego remarcó la decisión de
Néstor Kirchner de renovar la Corte, origen de la actual composición del
tribunal, porque “quería dar testimonio de una justicia independiente”. CFK se
refirió a los poderes concentrados que se sirven de diversas esas herramientas
para mantener el poder y pidió “que las Fuerzas Armadas tengan conciencia de
cómo fueron utilizadas por grupos minoritarios para luego lavarse las manos”.
En un guiño a los partidos de la oposición, recordó que esos mismos poderes han
operado en su momento contra el radicalismo y que “cuando hubo intentos de
golpe a Alfonsín el peronismo estuvo a su lado, como corresponde”.
La
asistencia masiva a la Fiesta Patria Popular convocada por el Gobierno en
vísperas del 29º aniversario de la recuperación de la democracia en la
Argentina ya había excedido los pronósticos y parecía un pulpo gigante estirado
sobre la Plaza de Mayo, mientras desplegaba sus tentáculos por las avenidas y
calles circundantes. Según sus organizadores, la jornada convocó a unas 400 mil
personas en los alrededores de la plaza, y a otras 400 mil en las diferentes
actividades realizadas a lo largo del país (ver página 10).
A las
columnas de organizaciones políticas (desde La Cámpora y el Movimiento Evita
hasta pequeños grupos de no más de una decena de militantes, cada cual con sus
propias banderas y colores), sindicatos y trabajadores de sectores del Estado
se sumaban familias completas con chicos en brazos y grupos de adolescentes con
termo y mate reglamentarios.
Para la
hora en que la Presidenta subió al escenario, habían aflojado las idas y
vueltas entre la Plaza y la Avenida 9 de Julio, por Avenida de Mayo y las
diagonales Roca y Sáenz Peña, donde se instalaron stands y tarimas secundarias
con shows musicales: la llegada de la mandataria ordenó al público que se
acomodó para poder ver bien en las pantallas gigantes instaladas en distintos
puntos. El arribo de las columnas del PJ desplazó a algunos de los
manifestantes “sueltos”, que presionados entre las banderas y la pared salían
algo sofocados, con ayuda de voluntarios de la organización.
Luego de
una particular pero pegadiza versión del himno nacional, interpretada en son
cumbianchero por la Fanfarria Alto Perú del Regimiento de Granaderos a Caballo
y el grupo de percusión el Choque Urbano, CFK entregó los premios Azucena
Villaflor a figuras destacadas por su rol en la lucha por los derechos humanos
(ver página 9). Dos de los premiados, el músico Daniel Baremboin y el poeta
Juan Gelman, enviaron por video un mensaje de apoyo a las políticas de derechos
humanos.
Sobre el
escenario, la Presidenta estuvo acompañada por figuras culturales y artísticas,
y diversas figuras políticas de estricto sport, miembros del Gabinete y
legisladores. A una decena de metros, un palco especial reunía a muchos otros
funcionarios, diputados y senadores, entre otros. En el escenario también
había, como siempre, lugar para la Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, sentadas
en primera fila y con botellitas de agua mineral siempre a mano para combatir
el calor. A ellas se refirió Fernández de Kirchner en un pasaje de su discurso,
cuando habló de forma velada sobre la extensión de la medida cautelar que
protege al Grupo Clarín de tener que adecuarse a las nuevas cuotas de mercado
establecidas por la ley de medios, decidida el jueves pasado por la Cámara
Civil y Comercial cuestionada por el Gobierno.
“Las
convicciones nos hicieron fuertes, nos hicieron que estas mujeres tuvieran
justicia –manifestó la jefa de Estado, señalando a las mujeres que la miraban
de cerca–. ¿Cómo no vamos a esperar nosotros unos días o unos meses si ellas
esperaron tantos años para tener justicia y saber la verdad? Ellas son el
ejemplo.”
Cristina,
que se definió a sí misma como “una militante política”, interactuó con los
militantes que cantaban cerca del escenario: arrancaron con el clásico “Patria
sí / Colonia no” y luego la emocionaron con un “Néstor querido / Siempre serás
mi amigo”. La Presidenta los comparó con quienes se manifestaron contra el
gobierno nacional en los últimos meses al señalar: “Nosotros no insultamos, no
agraviamos, no descalificamos”, y comparó al kirchnerismo con la cigarra de la
canción de María Elena Walsh, porque “la mataron mil veces y mil veces
sobrevivió”, “apoyado en las convicciones y en las realizaciones”.
Hubo un
momento de recuerdo de Dilma Rousseff, la presidenta de Brasil, anfitriona hace
dos días de la Cumbre de Mercosur, y visitante una semana antes en Buenos
Aires, síntoma de que la relación entre ambas mandatarias es tan buena como
siempre. “Apláudanla”, le pidió a la multitud que respondió dócil. A
continuación, también, pidió por la salud del presidente venezolano Hugo
Chávez, “un querido amigo que ayudó a la Argentina cuando nadie la ayudaba”,
que sufrió en estos días una recaída en su lucha contra un tumor.
Por
último, volvió a dirigirse a los cientos de miles que la veían desde la Plaza y
las calles circundantes, y también a quienes seguían el mensaje por cadena
nacional: “Lo que es imprescindible para tener no 29 años de democracia sino
200 o 300 es la unidad popular –propuso–. Sepan que no es que vengan por este
gobierno ni por esta presidenta: vienen por las conquistas sociales”. En ese
momento, alguien le gritó “Fuerza, Presidenta”, y ella retrucó: “Yo tengo toda
la fuerza que me dan ustedes. Yo no aflojo si ustedes no aflojan”.
Según los organizadores, unas 400 mil personas disfrutaron de las actividades en los alrededores de Plaza de Mayo. foto: Joaquín Salguero