viernes, 25 de noviembre de 2011

Del 20 de Noviembre:

PRESIDENCIA - 20 DE NOVIEMBRE

Nace el Instituto de Revisión Histórica en el Día de la Soberanía

Hoy se cumplen 166 años de la heroica defensa en la Vuelta de Obligado para detener la penetración territorial de una poderosa flota británica. La Presidenta decretó la conformación del Instituto de Revisión Histórica Manuel Dorrego, cuyo propósito será confrontar la historia real con la oficial.
El 20 de noviembre de 1845, 2.160 argentinos enfrentaban a 11 buques de la armada anglo-francesa, la más poderosa del mundo, en el recodo del estuario del Plata, donde el río tiene 700 metros de ancho. Fue cerca de San Pedro, en la llamada Vuelta de Obligado, que así se convirtió en un símbolo de la soberanía nacional.

Detrás de la flota británica venían 90 navíos mercantes con mercaderías. Frente a esta agresión, el entonces ministro de Relaciones Exteriores de la Confederación, Juan Manuel de Rosas, decidió defender la soberanía e impedir el paso de buques extranjeros, para lo cual nombró al general Lucio Norberto Mansilla a cargo de la resistencia.

Al conmemorarse el viernes un nuevo aniversario de la heroica batalla presentada por la defensa argentina, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner rindió homenaje a ambos y anunció que había firmado el decreto para la conformación del Instituto de Revisión Histórica Manuel Dorrego, al que definió como "un espacio institucional desde el cual poder analizar y debatir acerca de la historia real y no de la historia oficial de los argentinos".

A pedido del historiador José María Rosa, y por medio de la Ley Nº 20.770, se ha instaurado el 20 de noviembre como Día de la Soberanía Nacional, en conmemoración de la batalla de Vuelta de Obligado.

En 1845, el contexto político interno marcado por profundas divisiones fomentó un nuevo intento de colonización de Francia e Inglaterra sobre nuestro país. Juan Manuel de Rosas estaba a cargo de la gobernación de Buenos Aires y de las Relaciones Exteriores de la Confederación, y, con San Martín apoyándolo desde el exilio y el país buscando mantener la libertad y la independencia, la resistencia fue la salida buscada por todos.

En la mañana del 20 de noviembre, los barcos extranjeros intentaron avanzar, pero la heroica resistencia criolla buscó detenerlos. Luego de una larga jornada de lucha, que terminó a las 8 de la noche, los criollos sobrevivientes se replegaron. Si bien ha sido una derrota, su carácter heroico despierta el apoyo de toda la comunidad internacional,

Frente a este hecho, el General San Martín le escribió a su amigo y confidente Tomás Guido: “Ya sabía la acción de Obligado; ¡Qué inequidad! De todos modos los interventores habrán visto por esta muestra que los argentinos no son empanadas que se comen sin más trabajo que abrir la boca. A un tal proceder no nos queda otro partido que el de no mirar el porvenir y cumplir con el deber de hombres libres sea cual fuere la suerte que nos depare el destino, que en intima convicción no sería un momento dudosa en nuestro favor si todos los argentinos se persuadiesen del deshonor que recaerá en nuestra patria si las naciones europeas triunfan en esta contienda que en mi opinión es de tanta trascendencia como la de nuestra emancipación de la España”.

La firmeza con que la Confederación argentina defendió la soberanía disuadió a los invasores de nuevos intentos y los obligó a la negociación.

El notable espíritu de resistencia manifestado en Vuelta de Obligado terminó de ratificar nuestra condición de nación libre e independiente, por cuanto aun quienes no simpatizaban con Rosas cayeron en la cuenta de que dejarse conquistar por fuerzas extranjeras no era una salida, y que el pueblo no iba a dejar que ello ocurriera.

El propósito de establecer el Día de la Soberanía Nacional es contribuir a fortalecer el espíritu nacional de los argentinos, y recordar que la Patria se hizo con coraje y heroísmo.

La jefa de Estado luce "orgullosa" una insignia federal con la figura de Juan Manuel de Rosas y su esposa Encarnación Ezcurra, "esa gran mujer ocultada por la historia oficial, verdadera inspiradora de la revolución de los Restauradores", como afirmó en la conmemoración de la Vuelta de Obligado.

domingo, 20 de noviembre de 2011

La Vuelta de Obligado


Bajado de Miradas al SUR:

Año 4. Edición número 183. Domingo 20 de noviembre de 2011

Por Federico Bernal. Periodista

contacto@miradasalsur.com


Vuelta de Obligado

Rosas, Cristina y Las Malvinas

Semanas después del 20 noviembre del año pasado, los buques de guerra británicos en Malvinas atentaban contra la soberanía argentina y la de la Unasur a cañonazo limpio. El año del Bicentenario cerraba así con un claro mensaje por parte de la “burda potencia colonial”: esta Argentina pujante y soberana debe saber que emanciparse tiene su precio, que la fuerza de ocupación está a la vuelta de la esquina y que estará dispuesta a actuar toda vez que las exigencias económicas, financieras y comerciales del centro civilizado no surtan efecto. En este 2011 y días antes de un nuevo 20 de noviembre, la Pérfida Albión puso en práctica su segunda gran provocación de neto corte belicista: el Foreign Office anunció públicamente que el príncipe William sería trasladado a las Malvinas en febrero de 2012, donde habría de permanecer al menos seis semanas. Es decir, el duque de Cambridge, teniente de la Royal Air Force (RAF), estará en las islas el próximo 2 de abril, coincidiendo con el 30º aniversario del conflicto armado.
La escalada provocadora es más que ostensible y preocupante. ¿A qué le teme el Reino Unido? Mejor dicho, ¿a qué le teme el frente franco-anglo-sajón? En el plano internacional, la debacle universal de la globalización conservadora brinda parte de la explicación. En el plano regional, los pone en alerta roja la consolidación de la Unasur y la partición del eje del Pacífico pro-conservador (Colombia-Perú-Chile), con un Chile cercado y una Colombia progresivamente suramericanizada. ¿Y en el ámbito local? La Argentina kirchnerista, la cuestión Malvinas y el petróleo. En este sentido, recordar la gesta de Vuelta de Obligado resulta vital para la defensa y consolidación del modelo vigente. La flota anglo-francesa que nos invadió en 1845 (como la inglesa en 1806/7 y 1833), volvió con la Otan en 1982 y hoy mantiene ocupada parte de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. En el portal oficial de la RAF se describen las operaciones en Libia, Afganistán, Irak y Medio Oriente. Pegadito a esta última región, siguen los Balcanes y más abajo nuestras islas. ¿Y en el portal de la Royal Marine? A no sorprenderse si las Malvinas están aún más cerquita al Golfo y a Afganistán. ¿Quién asegura no inventarán algo o no harán lo imposible para volver a ponernos de rodillas?
La invasión anglo-francesa de 1845, y con ella el épico combate de Vuelta de Obligado, fueron el resultado de la política económica soberana aplicada por Rosas a partir de 1835. En efecto, la Ley de Aduanas del mismo año (y las modificaciones de 1837) produjeron una reanimación de la industria artesanal argentina atrofiada desde la derrota del Plan de Operaciones de Moreno y Belgrano. La Ley de Aduanas prohibió la importación de diversos productos domésticos a la vez que transfirió a manos del gobierno el control de la navegación de los ríos. Estaba claro que tales beneficios para las Provincias Unidas no serían tolerados por los talleres industriales de la época, Inglaterra y Francia. Además, Rosas constituía una amenaza a la “colonia francesa” de la Banda Oriental –como entonces expresó el ministro francés Thiers, artífice de la intervención francesa en el Río de la Plata y represor de la Comuna de París–. En fin, la política proteccionista del “dictador” debía terminar.
El siguiente fragmento de Pérez Amuchástegui en su magistral obra Crónicas Argentinas es elocuente en relación con la presión de los banqueros y empresarios favorables al derrocamiento del “dictador”: “[El presidente del Consejo de Ministros] Robert Peel vióse en 1844 ante el pedido insistente de plazas como las de Liverpool y Manchester que urgían al gobierno británico para que conjuntamente con el de Francia, adoptase medidas para limitar las restricciones puestas al comercio en el Plata. Solicitaban también se asegurara el acceso de los comerciantes británicos a los mercados del Paraguay y regiones del interior”. El reclamo –nos recuerda brillantemente Jorge Abelardo Ramos– fue respaldado por diez memoriales de los centros industriales de Yorkshire, Liverpool, Manchester, Leeds, Halifax y Bradford, sumados a 1500 banqueros, comerciantes e industriales de las mismas ciudades. En paralelo a esta petición, la gran prensa inglesa disparaba munición gruesa contra Rosas, acusándolo de despotismo, crueldad y sacrilegio. Dice J. Cady en su notable libro Intervención extranjera en el Río de la Plata: “El clero entero del Reino Unido convocaba a levantar por doquier voces irresistibles en apoyo a la justicia, la civilización y la cristiandad en América del Sur: ‘los gobiernos de Inglaterra y Francia no pueden permitir que semejante tirano extienda su dominio en la tierra’”.
Una sola cosa debe tener en claro el pueblo argentino: por más sonrisas y alabanzas que Obama y el FMI –entre otros “presuntos civilizados”– gentilmente nos obsequien, la Argentina es para ellos una gran amenaza a la conservación del orden financiero y económico planetario conservador. Nación inteligente, pacífica, corajuda y persistente; nación punta de lanza de la unificación sudamericana, de la consolidación de la Unasur; nación democrática, popular y soberana, la Argentina contemporánea extermina además el mito instaurado en 2009 por ex economistas del FMI de que de una crisis financiera sólo se sale por medio de una recuperación lenta y dolorosa (para los intereses populares). Es más, a este paso, llegará pronto el día en que los indignados del mundo lleven en sus protestas nuestra insignia nacional. Por eso el rechazo –por ahora sutil y soterrado– que la Argentina provoca al corazón del neoliberalismo global. Y es que a la Argentina que despunta no se le perdona la profundización de una política económica soberana, ni el notable desendeudamiento con expulsión del FMI incluido; no se le perdona la defunción del Alca, ni su progresivo rol internacional, ni el haberse encontrado con la mejor tradición diplomática y política en relación con Malvinas. Mucho menos se le perdona la batalla cultural-comunicacional librada por la sociedad. Pero cuando además de todo esto, el imperialismo advierte la falta de cipayos domésticos (como aquellos unitarios que se plegaron contra Rosas, o esos cuarteles y civiles que se volcaron al genocidio social y económico al promediar el siglo pasado); cuando advierte que las grandes mayorías se alimentan y empapan de la inteligencia, el coraje, la calidad democrática y el nacionalismo popular de su presidenta (y viceversa), y cuando fundamentalmente advierte que esa presidenta va por su segundo mandato con un 54% de apoyo ciudadano, convocando a su pueblo a la unidad nacional, a profundizar la lucha por la justicia social y la defensa de las industrias domésticas, entonces la preocupación y el rechazo imperialista, como con Rosas, va mutando en odio visceral.
En el fuero íntimo de la Casa Blanca y Downing Street, la Argentina debe figurar sin dudas al tope de los enemigos del terrorismo financiero y especulador multinacional. La sempiterna maquinaria de presión y asfixia financiera, económica, comercial, política y militar sigue haciendo de las suyas. Este 20 de noviembre, a menos de dos semanas de la segunda asunción de Cristina Fernández de Kirchner, a pocos meses del 30º aniversario de la Gesta de Malvinas, recordar Vuelta de Obligado y ligarla a este presente constituye una pieza clave en la progresiva y definitiva consolidación de una Argentina industrial, democrática, popular y soberana.

Nota: Como feriado transferible La Vuelta de Obligado se conmemorará el día Lunes 28 de Noviembre del 2011.